sábado, 14 de marzo de 2009

15 de marzo, día de los derechos del consumidor


Con motivo de la celebración del día de los Derechos del Consumidor, deseamos introducir la temática del Comercio Justo, como una dimensión inherente a los derechos del consumidor, de modo que éstos no sean vistos a la luz de buscar sólo el mejor precio que se paga en el producto final. Cada bien producido conlleva una historia social y ambiental que le pertenece, es también tarea de nosotros, como consumidores, saber acerca de lo que compramos, quién lo hizo, en qué condiciones. Otro Mercado nos invita a dejar de ver cada producto que compramos en un objeto anónimo, ya que convertirnos en consumidores concientes no es sólo un deber ético, sino parte urgente de nuestros derechos.

jueves, 5 de marzo de 2009

Capacitación en Mi Perrito, Villa Elisa


El lunes 9 de marzo, Otro Mercado realizará el 1er Taller de capacitación 2009 para remeras de bebés, con miras a la producción 2009 de la Cadena Textil Solidaria, CTS.El Taller Mi Perrito-Casa del Niño Arco Iris, de Villa Elisa, sigue confeccionando ropa de bebés con algodón ecológico. Mientras se ultiman detalles para las remeritas en eco-algodón para 12 y 18 meses, les recordamos que la colección infantil con animales del Chaco (hechas por la Coop. Alameda), está a la venta en los locales de Arte y Esperanza, y de la Fundación Silataj. Por otro lado, toda la colección de bebés en algodón natural crudo, se pondrá a la venta en el show room de Pigüé, a partir del 16 de marzo.
Publicado por TmP Villa Elisa y Otro Mercado

http://tallermiperrito.blogspot.com/ y para la comunidad japonesa en Villa Elisa, Colonia Urquiza, etc http://www.tallermiperritojap.blogspot.com/

martes, 3 de marzo de 2009

KOSIUKO a puro trabajo esclavo...para no olvidar

Como en el 2006, KOSIUKO SIGUE PRODUCIENDO CON TRABAJO ESCLAVO
Este lunes 2 de marzo a primera hora, la Defensoria del Pueblo de la Ciudad por un lado y la Alameda por el otro presentarán una denuncia penal contra la firma Kosiuko por violación a la ley de migraciones, a la ley de trabajo a domicilio, trabajo infantil y trata y tráfico de personas. Ambas denuncias serán radicadas en el Juzgado Federal 10 del Dr Ercolini, donde se encuentra la primer denuncia contra esta firma que el Gobierno de la Ciudad realizará en setiembre de 2006 junto a la Alameda. El caso que se ventila en esta oportunidad, con testimonios, videos, etiquetas y testigos, es el de un taller de flores de donde escaparon dos costureros a mediados de enero y el sacerdote Mario Videla, Director de Migraciones del Arzobispado y el rabino Damian Karo de la Fundación Judaíca de Sergio Bergman son testigos de que el taller pertenece a Kosiuko, que la firma lo reconoció como propio y que pese a ello se negó a pagar la indemnización correspondiente y a denunciar judicialmente a ese taller.
En setiembre Federico Bonomi, dueño de Kosiuko, había solicitado a la Alameda trabajar en común un diagnóstico sobre su cadena de producción, pues la firma decía tener interés en erradicar el trabajo en negro. A pedido de la Alameda, la Iglesia y la Fundación Judaíca de Bergman fueron testigos de un proceso que ni siquiera llego a desarrollarse, porque en medio de las tratativas surgió la denuncia del taller de Flores que Kosiuko admitió como vinculado a la empresa, pero se negó a pagarles lo que les correspondía y a denunciar judicialmente a los talleristas que reducian a la servidumbre a sus costureros mientras cosían exclusivamente para esa firma. Hoy se presentarán las dos denuncias penales y la Fundación Liga Argentina por los Derechos Humanos junto a la Alameda solicitarán constituirse como querellantes contra la firma.Entretanto, a las 19 horas se realizará un escrache en la sede de uno de los locales de Kosiuko, ubicado en la Avenida Santa Fe 1779 y convocado por la Alameda y el Movimiento de Trabajadores Excluidos que agrupa a las cooperativas de cartoneros.
Informes: Gustavo Vera 1561584835
Videos y copias de las denuncias penales para los medios: Retirar en la Alameda desde las 8 de la mañana (41155071)
Una firma quiso certificar que no utilizaba trabajo esclavo y terminó demandada
Una empresa enredada en su telaraña / Por primera vez, un sacerdote católico y un rabino prestaron testimonio en forma conjunta en una causa en la que se denuncia a una empresa de indumentaria que habría utilizado en su línea de producción mano de obra en condiciones de semiesclavitud. La empresa involucrada es Kowsef SA, fabricante de prendas con la marca Kosiuko, cuyos directivos –de acuerdo con los testimonios– habrían quedado enredados en su propia telaraña: intentaron promover un monitoreo externo de su actividad para descartar cualquier posibilidad de trabajo en condiciones de servidumbre, con la auditoría de organizaciones sociales, y terminaron negando el derecho a una indemnización a dos trabajadores bolivianos, inmigrantes ilegales despedidos en uno de los talleres subcontratados que trabajan para esa marca. La denuncia que presentará hoy la defensora del Pueblo porteño, Alicia Pierini, ante la Justicia federal incluye el testimonio del cura Mario Videla, miembro de la Comisión Pastoral de Migraciones del Episcopado, y el rabino Damián Karo, de la Fundación Judaica, responsable del Templo de la calle Paso, en el barrio de Once, quienes participaron del frustrado intento de monitoreo de la empresa. Hoy a las 19, miembros de las organizaciones denunciantes se movilizarán ante uno de los locales de la marca, en Santa Fe y Callao, para respaldar la denuncia.
La marca Kosiuko ya había sido denunciada en 2006 por la Fundación La Alameda, que nuclea a costureros y denunciantes de situaciones de explotación ilegal de inmigrantes. En esa causa es querellante el gobierno porteño, por la presunta infracción de “obstrucción de inspección”.
A principios de septiembre del año pasado –dos años después de aquella denuncia–, el responsable de la firma Kowsef SA, Federico Bonomi, intentó un acercamiento con los denunciantes: lo hizo a través de Sergio Tosunian, quien se presentó como directivo de la asociación civil Interrupción, y promovió un encuentro con dirigentes y representantes legales de La Alameda.
Ante la propuesta, el presidente de la cooperativa La Alameda, Gustavo Vera, puso como condición la participación de un sacerdote católico y un rabino, como garantes de cualquier acuerdo al que se pudiera arribar. De esa manera se llegó a la primera reunión, el 30 de septiembre de 2008.
De ese encuentro participaron, además de Bonomi, de Kosiuko, Vera, de La Alameda y Tosunian, de Interrupción, el sacerdote Mario Videla, director de Migraciones del Arzobispado porteño, y Gabriel Seisdedos, representante de la Fundación Judaica, que dirige el rabino Sergio Bergman. La reunión se hizo en la parroquia Nuestra Señora Madre de los Inmigrantes, ubicada en la calle Necochea al 300, en el barrio de La Boca. Para no ser menos, el empresario Bonomi también concurrió acompañado de un cura de su confianza, Ramón Abeijón Umpiérrez.
En esa ocasión Tosunian manifestó que estaba interesado en “encontrar un mecanismo de certificación de que no había trabajo esclavo en la producción de prendas”, según declaró el sacerdote Mario Videla. Fue así que en esa primera charla los participantes comenzaron a discutir mecanismos para llevar a cabo el diagnóstico del trabajo en los talleres de la empresa y la posterior certificación, a cargo de especialistas en asuntos laborales. Con ese objetivo estaba presente en la reunión el abogado Fernando Gelfo, que fue funcionario de la Dirección de Protección del Trabajo porteño durante la gestión de Jorge Telerman y ahora integra la Fundación La Alameda.
La segunda reunión se hizo en octubre, en la sinagoga ubicada en Paso y Corrientes, donde se sumó a la mesa el responsable del templo, el rabino Damián Karo. En esas reuniones, según las declaraciones testimoniales, Bonomi manifestó que la empresa tenía setenta talleres, donde –aseguró– no había trabajo esclavo. Invitó a todos a visitar esos talleres, aunque no llegó a proporcionar las direcciones de los mismos. Y aseguró que si durante esas visitas “se encontrara trabajo no digno en alguno de ellos, no lo toleraría y desafectaría los talleres inmediatamente”, recordó el rabino Karo.
Las reuniones continuaron y en enero, sin que hubieran empezado las visitas a los talleres de Kosiuko, se presentó en La Alameda una pareja de trabajadores de nacionalidad boliviana. Denunciaron que habían sido traídos bajo promesa de buena fe pero terminaron trabajando bajo un régimen de servidumbre en un taller ubicado en el barrio de Flores, que trabaja para la firma Kosiuko. Oscar Mamani y Concepción Pajarita Marca, los dos costureros, relataron que habían trabajado durante un año en el taller ubicado en Crisóstomo Alvarez al 3900, donde cumplían un horario de 7 a 22 y dormían o descansaban el resto de las horas en un cuartito que ellos mismos construyeron en ese lugar. Dijeron haber cobrado entre 600 y 900 pesos mensuales, que sólo podían salir de allí después del sábado al mediodía y el domingo, y denunciaron que los echaron sin pagarles ninguna indemnización. La pareja quería volver a Bolivia, donde quedaron sus hijos, y no tenía medios para regresar.
Al conocer la situación, los integrantes de la mesa de diálogo convocaron a una nueva reunión. Fue el 9 de enero, en la parroquia de los Inmigrantes. Esta vez no concurrió Bonomi sino, en su representación, Marcelo Gallardo, gerente general de Kowsef SA. También estaban los dos trabajadores bolivianos, que volvieron a relatar su situación. Allí relataron que el taller donde trabajaban recibía las prendas a confeccionar de otro taller, y que las confecciones terminadas eran retiradas por la encargada de ese lugar, a quien conocían como Andrea, con un apellido oriental.
Según coinciden los participantes, Gallardo aseguró que el taller no trabajaba para su firma. Y cuando Concepción Pajarita le mostró una de las etiquetas con la marca Kosiuko que ellos colocaban en las prendas que fabricaban, el representante de la empresa sugirió que podrían ser falsificadas. Entonces, delante de todos los presentes, la mujer le pidió a Gallardo que mostrara la etiqueta de la remera que llevaba puesta, de la misma marca. Así todos pudieron ver que eran iguales y que la única diferencia era un número que identificaba el taller donde se confeccionaba. Las etiquetas de Mamani y Pajarita pertenecían al taller número 14. También mostraron moldes para la confección, los mismos que distribuye la empresa entre sus talleres.
“Entonces, Gallardo se comunicó por handy con gente de la empresa, y le confirmaron que el taller 14 está a cargo de una tal Andrea, cuyo apellido es Miyawawa”, relató a Página/12 Gabriel Seisdedos, de la Fundación Judaica, uno de los presentes en la reunión.
“Ese taller, registrado por la empresa, tercerizaba su producción en otros, no registrados”, explicó Vera, de La Alameda.

lunes, 2 de marzo de 2009

http://arteyesperanza.blogspot.com , con Spinetta

Los invitamos a visitar http://arteyesperanza.blogspot.com
donde el músico Luis Alberto Spinetta, da su apoyo a las remeras de Comercio justo de la CTS...